Turín en 48 horas: planazo de fin de semana
Al pie de los Alpes y sitiada por los ríos Po y Dora, se encuentra Turín, primera capital italiana con más de dos mil años de historia. Además de su famoso tejido industrial, cuna del emporio Fiat, Turín tiene mucho más: patrimonio cultural, inmejorables vistas a los Alpes, avenidas porticadas y cafés históricos que dan un estilo muy señorial a la ciudad. Además de innumerables gelaterias artesanas y trattorias donde poder degustar los típicos agnolotti de masa casera. Y por si fuera poco, a una hora de Turín, la región vinícola de Langhe, el paraíso de la uva nebbiolo y del néctar que emanan de ella: Dolcetto, Barolo y Barbaresco. Motivos suficientes que para los más extremistas justificarían empadronarse allí directamente; y para los más moderados se añade a la ya larga lista de razones por las que Italia nos tiene enamorados.
VIERNES: Pizza y negroni
CENA Y COCKTAIL COMO TOMA DE CONTACTO
Ponemos un pie en Turín, la ciudad huele a pasta fresca. La primera parada será una cena en una de sus mejores pizzerías, para ir abriendo boca de lo que será un fin de semana muy placentero para el paladar. Hemos elegido Napples Pizzeria (Via Sant’Anselmo 36) para probar una vera pizza napolitana. Y ni se os ocurra olvidaros de los bordes, completamente rellenos de mozzarella! Además podréis escoger entre más de 40 de pizzas, todas deliciosas. Precio por persona 20-25EUR.
Después de la cena, no se nos ocurre mejor plan que tomarnos algo por las agitadas calles del centro. El Inside Restaurant & Cocktail Bar (Via Sant’Agostino 17) ofrece una gran variedad de cocktails y cervezas y sentados en su terraza nos los pone fácil para disfrutar al máximo de la noche turinesa. Como os comentábamos en nuestro post de Roma, Italia hace vida en la calle y Turín no iba a ser una excepción.
Si el cuerpo pide más fiesta, en concreto música electrónica, el Bunker (Via Niccolò Paganini), situado a 15 minutos del centro, es una buena opción para los más alternativos. El lugar es peculiar pero para gustos, colores!
SÁBADO: Turismo (gastronómico) por Turín
Mañana de mercado
El sábado por la mañana es el momento perfecto para visitar el mercado de Porta Palazzo, el mercado al aire libre más grande de Europa. Un sin fin de puestos de textiles y sobre todo comida: frutas, verduras, embutidos y quesos, un espectáculo para la vista! Y por supuesto, calidad extrema y marca Italia!
Comienza la ruta turística por el centro
Después, continuamos hasta Porta Palatina, una de las puertas romanas mejor conservadas del siglo I a.C que formaba parte de la fortaleza de la ciudad y la separaba de la zona de campo. Custodiando la puerta se encuentran las estatuas de César Augusto y de Julio César.
De vuelta nos encontramos, casi sin querer con el Duomo, que aunque no se parece a su vecino de Milán, guarda un gran secreto. En el interior se encuentra un trozo de la sábana santa, aunque solo veréis una réplica ya que la original no está a la vista de los turistas.
Atravesando la Via XX de Settembre llegamos a Piazza Castello, plaza agitada y llena de gente que alberga grandiosos monumentos y palacios como el Palazzo Madama (hoy Museo de Arte Antiguo). O el imponente Palacio Real que fue vivienda habitual de los Saboya, cuando Turín fue la primera capital de Italia, allá por el siglo XIX.
A pocos pasos, antes de introducirnos en el bullicio de la zona comercial, se encuentra la Torre Littoria, edificio residencial más alto de Turín, construido en los 60 para albergar la sede de la RAI. El edificio no se integra en el diseño regular y elegante de la Piazza Castello y por esta razón los turineses lo han denominado «il dedo del Duce», refiriéndose al Mussolini o «pugno nell’occhio».
Continuamos por Via Roma, una de las arterias comerciales de la ciudad, hasta llegar a Piazza San Carlo y Monumento Emanuele Filiberto de Savoia. La ciudad invita a pasear por calle, perfectamente decorada de Navidad.
Pranzo en la ciudad con más exquisiteces gastro de Italia
El hambre aprieta así que buscamos una típica trattoría donde comer, en Via Maria Vittoria, encontraréis infinidad de lugares entre los que os costará decidiros. Nos decantamos por la Trattoria Frattelli Bruzzone (Via Maria Vittoria 34a) donde probamos exquisiteces como: agnolotti (pasta rellena parecida a los ravioli, típica de la zona del Piamonte) o vitello tonnato. No os podéis olvidar de probar alguna pasta “al burro e salvia”, sencillísima y muy sabrosa. Precio por persona 20-25 EUR.
Hablando de comida, sabíais que los grissini fueron inventados por un panadero turinés? Ya que el duque Víctor Amadeo II de Saboya no podía comer miga de pan por problemas digestivos, el panadero elaboró unos bastones pequeños y retorcidos que, con una cocción prolongada a baja temperatura, reducía el agua de los almidones. Desde entonces los grissini tienen millones de fans, uno de los más famosos fue Napoleón.
Turín una ciudad muy dulce
No se nos podía olvidar la perdición de Lola por excelencia: el postre. Y es que Turín cuenta con multitud de deliciosas heladerías donde se puede tomar helado en cualquier época del año. Os recomendamos la Nivà (Piazza Vittorio Veneto, 7) con helados super cremosos y sabores nada habituales como el kaki, tarta de manzana o caramelo salado.. y por supuesto GROM (Piazza Pietro Paleocapa, 1D) con su “gusto del mese”. Aunque nuestra preferida es Mara dei Boschi (Piazza Carlo Emanuele II, 21), calidad superior y sabores de toda la vida. Si sois más golosos todavía, os recomendamos probar la Nuvola, una especie de panettone untado en azúcar glas, que se deshace en la boca, una especialidad de la Pasticcheria Ghigo (Via Po, 52) que también os podéis llevar a casa.
De prestigio internacional es el chocolate, ya que Turín es la primera ciudad europea que lo trajo a Europa, merece la pena probarlo en todas sus variantes, entre ellos el famoso gianduia. Su nombre viene de un personaje clásico turinés de la Comedia del Arte y fue creado por un pastelero autóctono en 1807, durante la ocupación francesa.
Pomeriggio para los clásicos
Hemos dejado lo mejor para el final de día, ya que “La Mole Antonelliana” obra del arquitecto Alejandro Antonelli nos estaba esperando impaciente. Es el edificio hecho de ladrillo más alto de Europa y hoy en día es sede del Museo Nazional del Cine que puede visitarse, o también subir a su mirador (precio entrada 6€).
Para ver la mejor panorámica de la ciudad debemos ir al Monte dei Capuccini, donde se vislumbra un Turín dominada por la Mole, símbolo de la ciudad. Además dirigiendo la mirada al este, en días claros, podemos ver la Basílica de Superga, siempre bajo la atenta mirada de los Alpes.
Al pie de la montaña nos encontramos con la Gran Madre, iglesia donde en su base se dice que se realizaban actividades satánicas. Y no nos asombra, ya que Turín tiene un lado oscuro y misterioso: estatuas de ángeles caídos, lugares benditos como la Gran Madre o la temible Piazza Statuto proporcionan un culto a lo desconocido. Al que también se suma el Museo Egipcio, más importante del mundo después de El Cario.
El plan perfecto para tardear es el Imbarchino (Viale Umberto Cagni, 37) a orillas del río Po y como bien dice su eslogan es un lugar para estar juntos, estudiar o tomar el sol en la ciudad. Su novedoso sistema de comandas funciona vía whatsapp, instagram o Telegram. Totalmente avanzado a sus tiempos.
Aperitivo y cena para disfrutar
Ya empieza a oscurecer en Turín y el cuerpo pide un aperitivo antes de la cena. Nos dirigimos al Caffé Quickly (Via Giovanni Amendola, 14), donde degustamos algunos de los los mejores vinos de la mano de su emblemático propietario Franco. Y siempre acompañados de salame o queso fresco también de elaborazione artesanale. Si tenéis cualquier duda sobre vino, no dudéis en preguntarle a Franco. Como gran experto en la materia que se desvivirá por enseñaros como disfrutar al máximo, lo que para él, es su verdadera pasión. Eso sí, ni se os ocurra pedir un Chianti.
Para cenar os tenemos guardada otra pizzería de las buenas, Rural Pizza (Via Mantova, 27), también estilo napolitano con masa finita y muy jugosa. No os perdáis la de mozzarella de bufala de 220gr, está de muerte! Precio por persona 18-20 EUR.
Para salir el sábado nos decantamos por un plan para los más bailarines y nos dirigimos a un club a las afueras con vistas al río. El Kogin’s Club (Corso Sicilia, 6) donde cada sábado hay una fiesta diferente. No os entretengáis mucho que el domingo queda lo mejor.
DOMINGO: Enoturismo en la campiña italiana
Cata en el Piamonte
El domingo lo dedicaremos a darle un gusto al cuore y al paladar, catando algunos de los mejores vinos de la zona. La zona del Piamonte como su nombre indica está situada al pie de las montañas, es decir los Alpes. Allí se cultiva una de las mejores uvas de Italia: la Nebbiolo, que produce los reconocidos vinos Barolo y Barbaresco.
Os proponemos dos rutas, la primera es visitar la zona de Asti situada a solo una hora de Turín. Seguro que os sonarán vinos como el «Barbera d’Asti» o el «Dolcetto d’Asti» o el famoso «Moscato d’Asti«. Para conocer todos secretos sobre la producción de vino, os proponemos visitar la bodega familiar en la Tenuta dell’Arbiola società agricola (Regione Saline 67, San Marzano Oliveto).
Cocina piamontesa
Y comer en «casa» de nuestro emblemático amigo Toni en el Relais dell’Arbiola (Regione Saline, 67, San Marzano Oliveto) donde se puede saborear cocina piamontesa de primera calidad con menús cerrados que son todo un festival para los sentidos. No os olvidéis de dejar sitio para el postre, en nuestro caso, hecho a base de helado de menta con manzana. Todavía nos hace babear cuando lo recordamos. Precio menú 25-45 EUR.
Continúa la cata
La segunda opción que proponemos, si disponéis de más tiempo, es visitar una bodega en la zona del Langhe, un poco más alejada de Turín. La bodega que os recomendamos es algo más grande y se llama Cascina Chicco (Via Valentino, 14, 12043 Canale) con 500km² de viñas en las colinas de Cuneo, produce unos vinos deliciosos…Para comer os proponemos el Ristorante Conti Roero (Castello di Monticello d’Alba, Piazza San Ponzio, 3, 12066 Monticello d’Alba) situado en la ladera del castillo de Monticello d’Alba, sin duda lo mejor calidad precio.
Para terminar el finde: partita de la Juve
Un plan perfecto para culminar el domingo es ir a ver un partido de la vecchia Signora, aka como Juventus, encontraréis entradas a partir de 30€, cantar cada domingo el himno de la Juve en el campo es toda una tradición para los turineses.
Turín nos deja con ganas de más, esta ciudad olvidada nos ha ganado en todos los sentidos, como escribió uno de sus residentes más ilustres, el escritor Italo Calvino, «Turín invita al vigor, al estilo… Invita a la lógica, que abre el camino a la locura«.